(AFP) “Auspicio vivamente que puedan extenderse ulteriormente”, tanto en el “ámbito eclesiástico como en el civil y de las profesiones”, afirmó el Papa en la audiencia al Centro italiano femenino.
El aporte del “genio femenino” en el trabajo y en la esfera pública es “importante” pero el rol de la mujer en la familia es “imposible de sustituir”, subrayó no obstante el Pontífice.
“En ese punto, surge de modo espontáneo preguntarse: ¿Cómo es posible crecer en la presencia eficaz en tantos ámbitos de la esfera pública, en el mundo del trabajo, y en los lugares donde se adoptan las decisiones más importantes, y al mismo tiempo mantener una presencia y una atención preferencial y especial en y para la familia?”, planteó el papa.
La respuesta, para Jorge Bergoglio, debe ser encontrada en el “campo del discernimiento que, además de la reflexión sobre la realidad de la mujer en la sociedad, supone la oración asidua y perseverante”.
“Sin las dotes de la mujer, la vocación humana no puede ser realizada”, agregó el Papa. “Pensemos en la Virgen, en la Iglesia crea algo que no pueden hacer ni obispos ni Papas, es ella el genio femenino”.
Las dotes de “delicadeza, peculiar sensibilidad y ternura”, que forman parte de la riqueza del “alma femenina”, representan “no sólo una genuina fuerza para la vida de las familias, para la irradiación de un clima de serenidad y de armonía, sino una realidad sin la que la vocación humana sería irrealizable”, subrayó Francisco.
La familia, “para nosotros cristianos”, no es simplemente un “lugar privado” sino también es “esa Iglesia doméstica” cuya “salud y prosperidad es condición para la salud y prosperidad de la Iglesia y de la misma sociedad”, sostuvo el Papa.
Bergoglio, en el tramo final de su discurso, afirmó que la “presencia de las mujeres en el ámbito doméstico” se revela necesaria “para la transmisión a las generaciones futuras de sólidos principios morales y para la misma transmisión de la fe”.
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