Gurira, en una escena de la serie
La actriz que interpreta a Michonne cuenta cómo prepara sus espectaculares escenas en en «The Walking Dead»
Es difícil imaginarse en la vida real a un personaje de «The Walking Dead». En el mundo postapocalíptico que retrata la serie no abundan las duchas de agua caliente ni tiempo para peinarse, por lo que cuando nos encontramos de frente con Danai Gurira, enfundada en un vestido rosa chicle y con un ajustado corte de pelo nos cuesta ponerle en el papel de Michonne, el personaje que interpreta en la serie de zombis.
La actriz estadounidense, que en pantalla luce generosa melena de trenzas y ropajes más bien sucios, habla con modestia de su papel en la pequeña pantalla: «Mi personaje solo es una parte del puzzle que compone The Walking Dead», afirma. Aunque eso no sea cierto. Michonne es uno de los personajes más atractivos y peligrosos de la televisión: su aspecto serio, desafiante y la espada japonesa que maneja con soltura letal hace que sus escenas sean algunas de las más celebradas del programa.
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Para crear el personaje, cuyo papel consiguió después de un casting de tres días, Gurira leyó los cómics en los que se basa la serie, pero su principal fuente de inspiración fueron las mujeres soldado que abundaron en el país de origen de su familia, Zimbabue. Sobre ellas, un colectivo «muy serio, con pocas ganas de hacer amigos», investigó en profundidad para saber cómo abordar su interpretación. El manejo de la katana y los movimientos de lucha los aprendió gracias a un entrenador específico. Y de ahí se fue al set de rodaje, donde se encontró con escenas sin diálogos en las que tenía que lidiar con auténticos ejércitos de muertos vivientes.
«Rodar escenas de matanza es muy divertido para mí», nos explica mientras detalla que suele aportar sus ideas de cómo afrontarlas con el director y los especialistas presentes en el set. «Pero la preparación real la hago días antes, cuando me entreno físicamente. Rodar cómo acabas con dos o tres zombis es fácil. Pero matar a 23 de una vez, como tuve que hacer en uno de los capítulos, exige mucho trabajo», resalta. Otra cosa sería hacerlo en la vida real, en un mundo infestado de caminantes: «Creo que lucharía con todas mis fuerzas, aunque no sé si sobreviviría. En eso estoy muy conectada con el personaje de Michonne, soy una luchadora, una superviviente», explica.
Éxito mundial
Hablamos con Gurira después de su paso por Suráfrica, donde acaba de presentar su primera película como protagonista, «Mother of George», uno de los proyectos que ha podido hacer gracias a la popularidad que ha alcanzado con la televisión. Cada semana, decenas de millones de espectadores -«The Walking Dead» se emite en 200 países- se pegan a la pantalla para ver una de las series de mayor éxito a nivel mundial, con permiso tal vez de «Juego de Tronos». Ella confiesa que antes no veía nada que tuviera que ver con muertos vivientes -«en realidad intento evitar todas las películas de miedo», puntualiza- pero intenta explicar el fenómeno fan generado alrededor de la trama en la que participa: «Creo que el éxito de la serie reside en el desarrollo de los personajes. El espectador se pone en su piel y se pregunta qué haría en su situación, eso causa un hodo efecto en la gente y les hace seguir las emisiones con mucho interés». Otra de las claves es la imprevisibilidad de la línea argumental: «Nunca sabes lo que va a pasar después, ni siquiera yo lo sé», declara.
Danai Gurira utiliza esta excusa para no soltar prenda sobre el futuro de la serie: «Los capítulos que quedan van a ser muy emocionantes», es lo único que avanza. El espectador lo podrá descubrir en el final de la cuarta temporada, que en España acaba el próximo 31 de marzo, un día después que en Estados Unidos. ¿Morirá alguno de los protagonistas A Gurira le comentamos que nos imaginamos a los actores pidiéndole a Robert Kirkman -creador de la novela gráfica y guionista de la serie- que siga alargando la vida de su personaje para así conservar el trabajo. Ella ríe pero niega haberlo hecho. Ni tampoco sus compañeros: «Sería divertido, pero no. ¡Que yo sepa!», afirma jocosa
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