El ataúd con los restos del policía Dennis Guerra es cargado en hombros luego de la misa de cuerpo presente celebrada ayer en la iglesia Santa Rosa de Lima.
Queens — Con un ascenso póstumo a detective de primer grado, el Departamento de Policía (NYPD) y la ciudad de Nueva York dieron ayer su último adiós al agente Dennis Guerra, que falleciera el pasado miércoles, varios días después de acudir a un incendio con el fin de brindar ayuda.
Miles de uniformados y funcionarios públicos participaron de los servicios fúnebres tributados ayer con una misa de cuerpo presente celebrada en Far Rockaway.
"Es un ejemplo de valor y devoción al deber", dijo el alcalde Bill de Blasio frente a los familiares, compañeros y demás dolientes en la misa en honor al agente Guerra quien falleció días después de socorrer a los residentes de un edificio público en Coney Island. "Cuando a Guerra le llegó el momento de actuar, él nunca vaciló... su deber también llegó hace ocho días en que, sin dudar ni un instante, él y la agente Rosa Rodríguez hizo lo que muchos no habrían tenido el valor de hacer".
El deber era lo primero para Guerra (38) y antes de su "último sacrificio" ayudó a las víctimas del huracán Sandy a pesar que su familia también había sido afectada —según el alcalde— y además de suministrar comida, mantas y otras provisiones esenciales para los damnificados, esencialmente llevó "tranquilidad y una sonrisa" a los damnificados.
Por su parte, el Comisionado de Policía William Bratton resaltó la responsabilidad demostrada por Guerra. A la misa de cuerpo presente que se ofició en la iglesia Santa Rosa de Lima en Rockaway Beach, Queens, acudieron más de 600 personas.
"Nadie muere en vano. Dennis no murió en vano… dio todo, todo el tiempo. Sabemos que Dennis siempre vivirá en sus innumerables actos de generosidad en las vidas que él protegía y la ciudad que él ayudó a hacer más segura", dijo Bratton. "Sirvió con dignidad y honor… hay un ángel más en el cielo para proteger a los agentes de azul".
Las palabras en honor a Guerra — quien estuvo en el NYPD por ocho años— eran escuchadas por medio de altoparlantes por los miles de agentes de diferentes unidades del NYPD, Integrantes de la Unidad de Motocicletas, la Unidad Canina, la Banda Marcial de la NYPD, del Departamento de Policía de Long Island, del Departamento de Bomberos, entre otros, que se encontraban en las afueras y acudieron a rendir sus respetos al agente. Momentos antes, le habían hecho una calle de honor al paso de la carroza fúnebre con el que brindaron su tributo y último adiós.
Durante la homilía y frente al ataúd cerrado y cubierto con la bandera del NYPD, el padre Fulgencio Gutiérrez —el mismo sacerdote que casó a Guerra y su esposa Cathy— lo recordó como "un hombre de fe".
"Cuando escucho todas las cosas buenas de la familia, amigos, colegas y vecinos acerca del agente Guerra, es evidente que tenía esa virtud de hacer el último sacrificio, de dar su vida por otros", dijo el religioso. "Guerra dio la vida por el pueblo al que servía y nuestra fe no está basada en el joven ilógico e irracional de 16 años, sino en la fe de Jesucristo quien conquistó la muerte y el pecado".
El adolescente Marcell Dockery (16) fue acusado de incendiar un colchón en el pasillo del edificio 2007 en la avenida Surf que causó la alarma de incendio y a donde acudieron los agentes Guerra y Rodríguez a rescatar a los residentes del inmueble.
Dockery, quien sigue detenido sin derecho a fianza, enfrenta cargos de asesinato entre otros. De ser encontrado culpable, podría enfrentar una condena mínima de hasta 25 años en prisión.
Rodríguez (36) continúa en condición crítica, pero estable.
Un boricua alegre
Guerra, de origen puertorriqueño, fue descrito como alguien "muy alegre, un hombre hogareño y un buen compañero", según Atilano Torres, que estudió en la escuela secundaria Beach Channel de donde Guerra se graduó en 1993. "Es un día triste, no hay palabras para describir lo que significa está pérdida, especialmente para la familia. Esto no le debería pasar a alguien como él", agregó Torres quien se encontraba junto a familiares dentro de la iglesia.
Un acongojado Alci McFarlane, tío paterno de Guerra entraba a la iglesia y con ojos llorosos dijo que a su sobrino "desde muy pequeño le gustaba ayudar a la gente, ayudaba a los niños con sus bicicletas, a los viejitos. Recuerdo que tenía mucho amor para todos. Siempre con una sonrisa". Rosa Cruz, una vecina y conocida de la familia dijo recordar a Guerra como un hombre "muy servicial, educado y todo un héroe".
Dennis González, presidente de la Sociedad Hispana del NYPD, indicó que había acudido al sepelio para apoyar a uno de sus compañeros que murió "como un héroe" y que esperaba que el Departamento se asegure de cambiar e implementar los protocolos para que sean más seguros para cuando los agentes acudan a incendios.
A Guerra le sobreviven su esposa Cathy, y cuatro hijos: Kathleen (20), Jonathan (17), Alyssa (14) y Zachary (7). Después de la misa, Guerra fue sepultado en un cementerio local en Far Rockaway, Queens.
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