Vásquez explicó que el presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, asume como una gran responsabilidad hacer todos los esfuerzos necesarios para llegar a entendimientos con los dirigentes que han abandonarlo el partido y trabajan por otra organización.
"Fíjense que mientras otras figuras niegan haberse reunido, Miguel no lo niega, porque siempre ha sido y es el abanderado de la unidad del PRD", puntualizó Vásquez, al ofrecer detalles de las reuniones sostenidas entre Mejía y Vargas el Domingo de Resurrección, en casa de Peggy Cabral, y dos días después en la residencia de Ramón Hipólito Mejía, hijo del ex presidente, y Janet Rivera, hermana de Vargas.
Reveló que en la primera reunión, Mejía mantuvo una conducta positiva y proclive al entendimiento, pero que en la segunda fue parco, y no pudieron progresar las conversaciones.
Vásquez indicó que Vargas mantiene la discreción que conlleva el respeto a entendimiento en procura de acuerdos. Mejía designó una comisión encabezada por Luis Abinader para seguir los contactos con el presidente del PRD.
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