Enfermedades, deseo no correspondido y dolor durante el coito son algunas de las situaciones examinadas
Decir que no hay tiempo para el sexo es una de las excusas más comunes entre la pareja.
Ciudad de México - Si alguna vez te has sentido avergonzado por ser un entrometido y preguntarle a alguien sobre su vida sexual, ¡tranquilo! Lo de “la curiosidad mató al gato” puede convertirse en “pero la satisfacción lo resucitó”. Es esa gratificación lo que ha motivado a la gente, desde Freud hasta los redactores de Cosmopolitan, a divulgar lo que ocurre en la privacidad de los dormitorios (o en cualquier otro lugar). Estas anécdotas también tienen el beneficio añadido de hacer sentirnos un poco menos solos.
En la edición estadounidense de The Huffington Post han decidido seguir alimentando los apetitos del público y descubrir cuáles son los problemas sexuales más comunes consultando a expertos en terapia sexual. Las sospechas se han confirmado: el sexo es un acto complejo y de múltiples capas, que puede verse afectado por una gran cantidad de factores, que varían de pareja a pareja…
No obstante, hay algunos problemas a los que la gente sexualmente activa se enfrenta a menudo. La buena noticia es que, la mayoría de las veces, estos nueve problemas pueden solucionarse con una visita al médico o con un poco de comunicación.
Deseo sexual no correspondido
“La discrepancia en el deseo entre parejas es el problema más común de los que trato. Para las clientas, suelen haber cuatro factores subyacentes. El primero, una cuestión física orgánica, como el dolor durante el coito.
La segunda causa podría ser la fatiga crónica o el estrés, relacionados a veces con el cuidado de los niños o el agobio económico. En estos casos, las soluciones dependen de un cambio en el estilo de vida, pero enseñar el arte de la buena comunicación en pareja puede ayudar. Pero las principales causas que veo, en cambio, tienen un origen en el historial sexual y psicológico de la persona o en la relación en sí misma. El deseo sexual a menudo puede ser un barómetro de la salud de la relación”.
-Peg Hurley Dawson
“El problema sexual más común que veo es la falta de deseo sexual, y particularmente lo veo en las parejas, en las que una persona tiene más deseo sexual que la otra. La solución depende de un buen número de factores. En primer lugar, quiero descubrir cuánto tiempo lleva así la situación y qué circunstancias se daban cuando empezó. A menudo, el problema sexual está causado por problemas en la relación —enfado, resentimiento, traición…— que necesitan resolverse antes de tratar las cuestiones sexuales. A veces tengo que ayudar a la pareja a expresar sus necesidades directamente o a ver el punto de vista del otro desde una posición menos combativa. Una vez que se repara la relación, las dificultades sexuales suelen mejorar por sí mismas”.
-Michael Aaron
“Las mujeres lesbianas me comentan en consulta que uno de sus principales problemas es cuando una quiere mantener más relaciones sexuales que la otra. Aunque parezca típico, las lesbianas pueden verse más afectadas que los gays o las parejas heterosexuales. Esto se debe a que en las parejas de lesbianas ninguna ha actuado en sociedad como cazadora sexual, ni ha aprendido a sobrellevar el rechazo sexual. Cuando las mujeres son rechazadas, quizás dejan de buscar sexo en la pareja.
En cambio, los hombres aprenden desde el principio a soportar el rechazo. La terapia sobre el rechazo sexual puede abrir nuevos caminos a la salud sexual y normalizar la experiencia. Al entender que la cultura de género ha creado barreras, las parejas lesbianas pueden sentirse más cómodas explorando su propia identidad y pasión en el arte de hacer el amor”.
-Cindy Bink
“Uno de los principales problemas es la diferencia en los niveles de deseo. A menudo, la gente comienza una relación al mismo nivel de excitación, pero con el tiempo se desvanece, al menos para uno de ellos. Por tanto, el trabajo detectivesco empieza cuando veo a la pareja primero juntos y luego por separado.
Puedo oír que a uno le desagrada el estilo o el enfoque del otro… O un olor, o una actitud. Quizás tienen resentimientos a los que necesitan hacer frente antes de llegar a un nivel de vulnerabilidad. Nos enfrentamos a la falta de comunicación sana enseñándoles técnicas de comunicación.
Hablamos de lo que gusta o disgusta, de las necesidades y deseos, de las partes del cuerpo y de cómo tocarlas, de la concentración razonable, de lo que da placer. Quizás nos encontramos heridas emocionales que siguen abiertas. Cada pareja es diferente y conlleva sus propios retos, pero el objetivo es tener una mejor percepción y conocimiento de los deseos de uno mismo y de la pareja. Es fascinante ver a la gente crecer”.
-Kassi Corley
“Por mi experiencia, el problema sexual más frecuente es un deseo sexual desigual. La solución cambia dependiendo de la pareja. Para las parejas con niños y con poco tiempo, puede funcionar lo de fijar un cierto número de veces por semana. En ese caso, en la terapia hablaremos de formas de mantener relaciones sexuales que resulten divertidas y románticas aunque el sexo esté planeado.
En otras parejas, puede que el miembro con menor deseo sexual no diga lo que le haría aumentar su apetito, por ejemplo, más sexo oral o algún juego con esposas y vendas en los ojos. También trato de que desarrollen su empatía.
A menudo, el miembro de la pareja con mayor apetito siente que su compañero no entiende sus necesidades, y entonces le explico que su pareja tampoco lo está pasando bien. A veces, se sienten culpables o inapropiados porque no pueden cumplir los deseos sexuales de su pareja”.
-Stephanie BuehlerNo hay tiempo para el sexo
“'No hay tiempo para el sexo’ es el problema que escucho con más frecuencia en mi consulta. Nos queremos, pero no tenemos tiempo ni para la intimidad ni para el sexo en nuestra ajetreada vida. Esta excusa es falsa, pues el sexo no es cuestión de tiempo.
Las parejas que presentan este problema a menudo tienen una relación con otros problemas sexuales emocionales y físicos más complejos, como falta de deseo, disfunción eréctil, coitos dolorosos, complejos físicos, eyaculación precoz y conflictos personales.
Creo que muchas parejas confabulan sobre su relación y sus problemas sexuales. Prefieren tomar el camino de menor confrontación y evitar o negar que esos problemas existen afirmando una y otra vez que están demasiado ocupados para el sexo, en vez de expresar y explorar sus necesidades y deseos íntimos con el otro”.
-Cathy Beaton
Enfermedad médica
“Trabajo con individuos y parejas que luchan con una gran variedad de problemas sexuales que normalmente requieren tratamiento médico.
A menudo, cuando elaboro el historial sexual de mis pacientes, me doy cuenta de que últimamente las cosas no les van bien y de que el sexo ya no es lo que era. Uno de los problemas sexuales más comunes es la falta de deseo. Y resulta muy frustrante tanto para los pacientes como para los expertos, pues no existe ninguna pastillita azul para el deseo.
El problema de la falta de deseo a menudo reside en la intersección entre la mente, el cuerpo y la relación, y no siempre es fácil escucharlo en nuestra cultura de apaños rápidos. Pero hay muchas formas de enfocar el problema. Quiero hacer hincapié en que el proceso en sí mismo es parte de la solución”.
-Sharon L. Bober
“Como trabajo en un amplio centro de investigación médica, muchos de los problemas sexuales que trato implican un factor médico, como disfunción eréctil asociada a la diabetes o cáncer de próstata. Incluso en esas situaciones, el problema que suele subyacer es la falta de comunicación.
Normalmente, la falta de comunicación abierta es lo que convierte un pequeño contratiempo o cambio en un problema mayor. Uno de los principales patrones que observo es el círculo vicioso de ansiedad y dificultades sexuales, alimentado por la incapacidad de hablar abiertamente sobre el problema o sobre cómo tratarlo. Este círculo normalmente termina en la ausencia de sexo, instigada por la falta de conversación sobre el mismo.
El origen de los problemas de comunicación sobre el sexo suele ser el miedo: miedo a la vergüenza, miedo al rechazo o miedo al fracaso. Este es el motivo por el que el tratamiento de las disfunciones sexuales suele ser mucho más eficaz si ambos miembros de la pareja se implican.
Para la mayoría de parejas que presentan problemas sexuales, la mitad del trabajo se realiza simplemente ayudándolas a compartir sus sentimientos, expectativas, miedos y esperanzas en su relación sexual. Esto incluye explorar sus expectativas conscientes e inconscientes en el sexo. La comunicación también adopta la forma de ayuda a la pareja para que obtengan asesoramiento sobre sus experiencias sexuales”.
-Richard A. Carroll
Dificultad eréctil
“El problema sexual más común entre mis pacientes es la dificultad eréctil. Si no existe una base médica para las dificultades eréctiles, es la ansiedad lo que suele interferir en la capacidad del hombre para excitarse y mantener la erección.
Si el hombre está en una relación seria, tanto él como su pareja tendrán que llevar a cabo una serie de preliminares graduales, con el fin de conectar al hombre físicamente con su pareja sin ningún tipo de presión sexual.
Para los pacientes que no tienen pareja, tratar este problema puede ser más complejo. El hombre puede practicar algunos ejercicios durante la masturbación para ganar confianza en su capacidad de erección si la pierde en una situación sexual.
Tampoco debería obsesionarse con la preocupación de si mantendrá la erección o no, pues estos pensamientos contribuyen a la dificultad eréctil. Es mejor centrarse en los aspectos placenteros de la interacción sexual. También puede profundizar en el conocimiento de la persona con la que queda antes de acostarse juntos”.
-Bruce Berman
Menos frecuencia en el sexo
“El problema sexual con el que más me encuentro en terapia es la infelicidad de la pareja cuando disminuye —o desaparece— la actividad sexual. No existe una solución única para todas las parejas, pues los motivos por los que una pareja reduce su frecuencia sexual son numerosos. Por ejemplo, disfunción eréctil, dolor en el coito, aburrimiento por la rutina sexual, falta de libido por enfermedad, medicación o estrés en la relación.
Las soluciones que ofrezco son ejercicios que he diseñado para que la pareja los practique en casa y vean si pueden a tocarse de forma erótica de vez en cuando. Quizás debatimos sobre cómo sacar tiempo personal para sí mismos como individuos y como pareja para que se acerquen el uno al otro con un interés renovado. A veces, la gente está aburrida de sí misma y no tiene confianza en su atractivo sexual”.
-Sari Cooper
“Sin duda, el principal problema al que se enfrentan las parejas lesbianas es la falta total de sexo. Para algunas, durante meses; para muchas, durante años. La razón que me cuentan en terapia es que una no está feliz y la otra está bien.
Mientras las parejas heterosexuales tienen a menudo este problema, un estudio sociológico realizado en Estados Unidos descubrió que, después de 10 años juntos, el 67 % de los heterosexuales y sólo el 15 % de las parejas lesbianas seguía manteniendo relaciones sexuales al menos dos veces al mes. Es una cuestión relevante en nuestra comunidad.
La solución es, primero, obtener información precisa sobre el deseo sexual femenino y, segundo, realizar un plan con la pareja para ver con cuánta frecuencia van a mantener relaciones sexuales. La pasión romántica del principio, aparentemente espontánea, está alimentada por comportamientos intencionales (planear citar, pensar en situaciones sexis, susurrar piropos y fantasear sobre el sexo). Tu mente tiene que cambiar con el pensamiento, la planificación y la imaginación de escenas sexuales.
El problema sucede cuando dejas de hacerlo y esperas que algún tipo de estímulo sexual mágico haga avanzar tu relación íntima. No lo hará, pues la mayoría de la gente no tiene esa necesidad fisiológica movida por la testosterona. Sólo que nos gusta cuando nos excitamos”.
-Glenda Corwin
“Creo que el problema sexual más frecuente es la falta de interés, y lo observo tanto en hombres como en mujeres. La solución depende de la causa.
En primer lugar, hago una evaluación para determinar por qué el individuo experimenta esa falta de deseo. Si la pareja carece de cierta cercanía afectiva, alguno de los miembros o ambos perderá interés por el sexo.
En ese caso, la terapia empezaría trabajando la relación. No siempre es suficiente para resolver el problema sexual, pero si hay problemas en la relación, casi siempre es necesario resolverlos. En otros casos, la falta de deseo puede ser consecuencia de un guión sexual que no cumple las necesidades sexuales de uno de los miembros de la pareja. Esto es, la pareja no ha desarrollado un guión sexual que satisfaga a ambos, una forma de hacer el amor que funcione bien para la pareja.
Existen unos cuantos motivos por los que se podría dar este caso, pero suele ser la falta de comunicación. Por ello, yo utilizo varios ejercicios centrados en el tacto para practicar en casa”.
-Sandra Byers
Dolor durante el sexo
“Lo que más me cuentan mis pacientes es el dolor durante el coito. Probablemente no sea la disfunción sexual predominante, pero la observo con mucha frecuencia porque llevo muchos años investigando este problema.
El principio básico en mi investigación y en el enfoque de mi tratamiento consiste en conceptualizar este problema como un trastorno de dolor más que como una disfunción sexual; no es que el dolor sea sexual, sino que el sexo es doloroso.
Existe un buen número de razones que justifican este enfoque, pero la principal es que el dolor casi siempre puede ser inducido en situaciones no sexuales, como un examen ginecológico o el uso de tampones. Hay dos enfoques tradicionales para tratar el dolor durante el coito. El primero es buscar una causa física en los genitales. El segundo es atribuir el dolor al abuso sexual, a los traumas o al estado emocional, como la depresión y la ansiedad”.
-Irving Binik
Un miembro de la pareja tiene una aventura
“La mayor parte de mi terapia consiste en trabajar con parejas al borde de la ruptura. En la mayoría de los casos, hay o ha habido una aventura descubierta recientemente. Hay parejas que saben que hay una falta de satisfacción sexual duradera.
Desde mi punto de vista, el problema sexual es el mismo en ambas circunstancias: cada miembro de la pareja suele ser diagnosticado con una inhibición del deseo sexual o un trastorno de la excitación.
El enfoque de mi tratamiento empieza explorando la historia de su relación y, más específicamente, la historia de su relación sexual. ¿Alguna vez la pareja ha mantenido relaciones sexuales espectaculares? Si la respuesta es que sí, la cuestión es ¿por qué o cómo ha cambiado? Si la respuesta es que no, nos centramos en la atracción, el deseo y la excitación.
Normalmente, en el caso de las mujeres, el problema gira en torno al orgasmo. Entonces hay que volver a lo básico. ¿Son cariñosos en público y en privado? ¿Se abrazan? ¿Disfrutan tocando, sintiendo y oliendo a su pareja? Los encuentros sexuales que empiezan y acaban con una necesidad puramente física tienden al aburrimiento”.
-Rita DeMaria
Falta de cercanía afectiva
“No sabemos respirar, ni relajarnos, somos objetivos de los medios, nos movemos por la imagen y hemos perdido algo que los medios no publicitan: la intimidad sexual. Yo abogo por el ‘vive y deja vivir’. Follar, practicar fisting y hacer orgías está bien si a la pareja le gusta, pero hay otras opciones que faltan en la mayoría de los menús sexuales de mis clientes. No sabemos hacernos el amor. Tomarnos nuestro tiempo sin una agenda marcada.
Hace muchos años, trabajé con un hombre treintañero que adoraba a su pareja. Decía que tenían una relación sexual decente. Pero que iba demasiado rápido y su pareja no se sentía completamente satisfecha. A través de la educación y la hipnoterapia, él aprendió a estar más coordinado con su cuerpo y el de su pareja. Cinco años después, volvió a mi consulta. Su pareja tenía algunos problemas médicos y la penetración le resultaba dolorosa. Ahora, él duraba demasiado y quería volver a ser eyaculador precoz. La hipnoterapia le fue útil en su momento, y esta vez le volvió a funcionar como un hechizo.
Este hombre sabía lo que quería y la conexión sexual que les funcionaba a ambos. Su ego o el alcance de los medios sociales no dictaba lo que debería o no debería hacer con su pareja en la cama… o en la encimera de la cocina. No me queda ninguna duda de que a través de los obstáculos y parches de su relación, harán lo necesario para adaptarse a la paternidad, las enfermedades y el envejecimiento con el fin de mantener la conexión sexual”.
-Rebecca Hope Dnistran
Adicción sexual
“Cada vez escucho más quejas sobre el comportamiento sexual compulsivo consideradoadicción sexual. Esta dificultad puede presentarse de muchas formas y a diferentes niveles a lo largo de un contínuum de deficiencias.
Mi enfoque suele comenzar examinando los factores desencadenantes que subyacen, como una falta de control del estrés, conflictos familiares o abuso de drogas o alcohol. El tratamiento empieza estableciendo límites, manejando los impulsos, entrenando las habilidades, redireccionando la fantasía y asesorando la relación en lo que sea posible.
En algunos casos en los que la depresión es un factor, la medicación para subir el ánimo suele ser un complemento útil para la terapia de la conducta”.
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