La fiscalía de Seattle dijo que Gilman está acusada de violación en segundo grado después que la policía investigara la denuncia del hombre, quien dijo que se despertó de un sueño profundo y encontró a la presunta violadora encima de él y haciéndole sexo, después que ella se subiera a la cama.
El alegado ataque sexual ocurrió hace más de un año, pero una prueba reciente de ADN llevó a los fiscales a presentar cargos en contra de Gilman, de acuerdo con un reporte del canal de televisión FOX – Q13.
El hombre no identificado, de 31 años de edad, dijo que se despertó a las 2 de la madrugada el 17 de junio del 2013 y se encontró a la mujer a horcajadas y con las piernas abiertas encima él y en busca de satisfacerse.
La policía dice que el sospechoso le pidió a la acusada que se bajara de la cama, pero ella se negó y le dijo que se callara. El hombre pudo liberarse saliéndose de debajo de ella y la sacó del apartamento.
La víctima dijo que había ido a dormir después de una noche de fiesta y un “día largo”.
No sabía nada de la violadora, pero la reconoció como una drogadicta en el área. El hombre, fue examinado en el hospital local, donde se le extrajo semen y se comparó con el ADN de a mujer, dando positivo.
Gilman dijo a la policía que no recordaba el incidente o si estaba en su casa. Ella se describió a sí misma como una enferma mental.
La policía de Seattle dijo a medios de Seattle, que un arresto de una violadora es inusual.
“Desde un punto de vista estadístico, sí, es atípico cuando se trata de una mujer agresora explicó el detective Draw Fowler de la Unidad de Víctimas Especiales, que se encarga de esos casos.
“Pero trabajamos para aplicar la ley a todas las personas responsables de sus acciones. La ley no está escrita específicamente para aplicarla a los hombres ni establece géneros”, agregó el oficial.
Gilman es una madre de cuatro hijos que tenía ocho meses de embarazo de su quinto hijo, en el momento de ser acusada.
Ella estuvo en tratamiento psiquiátrico y abusos de drogas y alcohol, en un hospital del Este en el estado de Washington. Hace varios años, estaba sometida al mismo tratamiento.
Se le dejó recluida en la cárcel y se le impuso una multa de $100.000 dólares.
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