La función de gala de María Montéz conllevó una producción al más alto nivel del estilo de Hollywood en un ambiente que recreaba sets de filmación, con equipos y escenografías a escala, diseño y tamaño real, despliegue de grandes afiches y vallas, y con la llegada de los actores montados en carros de época que llegaban hasta la escalina del Palacio de Bellas Artes, en medio de un derroche de champagne y finos brindis, con luces perseguidoras, un loby del teatro preparado para la ocasión, y el glamour de invitados del país y del extgranjero que le imprimieron un sello único al evento.Por Joseph Caceres.
Definitivamente se botó Celiné y todo su equipo, con un montaje digno de los mejores elogios, y con una película con un estandar de calidad excepcional, al nivel de las del gran cine norteamericano.
La historia de María Montéz de seguro que sorprenderá a todos los que dudaban de que Celinés, quien tenía tres años trabajando en ese proyecto, podía salir airosa con el m ismo.
Un trabajo de iluminación apegado a los más exigentes requerimientos, una fotografía con matices y colores formidables, una adecuado edición, con elementos de flash-back muy acertados en la narración de la historia.
Actuaciones de un rigor de calidad y profesionalidad apreciable, en una conjugación de elementos recreando con una elegancia digna de los mayores elogios la vida de la dominicana María Montéz.
Se la comió Celinés y su equipo.
Han dado un palo por los 400 metros, si de pelota habláramos.
Felicidades para ella, para todos los que le acompañaron y también aquellos que creyeron en su proyecto. Fotos cortesia Merengala
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